Carrasco: “El gobierno de Marco exige planes de emergencia en la calle de los que hacen responsables a los presidentes de las asociaciones vecinales”

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El Grupo Municipal Popular denuncia las trabas, cada vez mayores, a las que se enfrentan las asociaciones vecinales a la hora de realizar las actividades que repercuten en un fin social.

A través de la Ruta Ciudadana -que ha llevado a la portavoz popular, Begoña Carrasco, y al concejal de distrito norte, Vicent Sales, a reunirse con la Asociación de Vecinos del Primer Molí-, se ha puesto de manifiesto la preocupación que existe entre las asociaciones al ver peligrar su continuidad por la presión que ejerce, cada vez más, sobre ellas el gobierno municipal.

Carrasco: “El sometimiento a una normativa cada vez más compleja y la falta de apoyo y de asesoramiento de quines gobiernan están llevando a las asociaciones a suspender, por primera vez, actividades que llevaban realizando durante años, como ha pasado en el Primer Molí”.

“Están exigiendo a los presidentes de las asociaciones vecinales la elaboración de Planes de Emergencia para actos que se celebran en la calle, haciéndoles responsables y condicionando este requisito a la celebración de cualquier actividad en la vía pública. Por eso, este año se han visto obligados a celebrar las fiestas en un espacio cerrado, alquilando el Palau de la Festa, cuando siempre se había hecho en la calle para que pudiera sumarse cuanta más gente mejor”.

“PSOE y Compromís están acabando con el asociacionismo vecinal obligando a las asociaciones de vecinos a convertirse en empresas y, acabando con la finalidad social para la que surgieron”.

“En 2015, cuando PSOE y Compromís llegaron al gobierno, acusaron a las asociaciones vecinales de fraude por duplicidad de facturas y, ahora, están poniéndoles cada vez más obstáculos para que acaben desapareciendo”.

“Si hay que cumplir una normativa por seguridad hay que ayudar a las asociaciones para que puedan seguir desarrollando actividades que repercuten en la sociedad. Sin embargo, el hecho de no ayudarlas, de no trabajar codo con codo con ellas, es porque no les importa que acaben desapareciendo”.

“La misma normativa que se exige a las asociaciones de vecinos es la que debe cumplir el Ayuntamiento, cuando organiza también actos en la calle como mascletás o la cabalgata de Reyes. En el caso concreto de las mascletás, si existe un Plan de Emergencia, debería ser válido también para la asociación de vecinos del Primer Molí, ya que utiliza el mismo espacio público para llevar a cabo actos en la calle”.

Carrasco concluye: “Si somos una ciudad mediterránea, con más de 300 días de sol al año, deberíamos aprovechar mejor el buen clima para hacer más actividades en la calle, que ayudan a dinamizar la economía local. Hay que apostar por la dinamización de los barrios”.