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Una reforma necesaria

Autor: Luis Martínez Fuentes, Coordinador general del PP de Castellón

Iniciamos el año con la entrada en vigor de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa. Otra reforma enmarcada dentro de la agenda de modificaciones legislativas que está llevando a cabo el Partido Popular desde que entró al gobierno a finales del 2011. Todas y cada una de ellas ha tenido, está teniendo importancia, pero en mi modesta opinión, ésta es de las más importantes por lo que significa para un país tener un sistema educativo, que garantice cada día una mejor formación de los más jóvenes.

 

El último informe PISA, que es el informe internacional para la evaluación de estudiantes, cuyos datos hemos conocido en el pasado mes de diciembre, viene a decirnos que en España hace falta un cambio en el modelo educativo. Y eso es lo que promueve esta ley un cambio en los valores del sistema educativo, donde el esfuerzo y la responsabilidad primen sobre el progresa adecuadamente que ha protagonizado las leyes socialistas y que han condicionado la educación desde el año 1.985.

No podemos seguir permitiendo que los niveles de abandono escolar y desempleo juvenil en España, sean el doble que la media de la Unión Europea. No es de recibo, que en estos momentos, España esté en el lugar 25 sobre un total de 34 países de la OCDE en comprensión lectora, ni en matemáticas. Mucho se está hablando sobre recortes en educación y se están achacando los males de la misma a estos recortes. Pues bien, frente a esta teoría datos. En los últimos diez años, España ha pasado de invertir 27.000 millones de euros, a 53.000 millones de euros en educación. Por tanto, si fuera cuestión de dinero invertido, nuestros resultados deberían ser muchísimo mejores. No es cuestión de cantidad, sino de calidad.

 

Se trata de un cambio en los valores y objetivos, de darle más importancia en los horarios a asignaturas como matemáticas y lenguas. Se trata de que no pase el alumnado de curso con más de dos suspensos y todo ello sin coartar la autonomía de los centros, que podrán configurar una oferta formativa propia. En definitiva un cambio, que irá materializándose en las diferentes órdenes que irán desarrollando la ley.

Frente a esta postura reformista, una postura absolutamente inmovilista, encabezada por el PSOE, que pretende que continuemos en el error de no cambiar nada y seguir marcando las generaciones españolas futuras, como las que van en el vagón de cola de la formación en Europa.

 

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