Un elefante en la gasolinera

Autor: Vicent Sales Mateu, Concejal Ayuntamiento de Castellón y diputado provincial

Tanto en 2008 como en 2009 escribí en estas mismas páginas del diario Levante sobre el libro de uno de los gurús de la izquierda, George Lakoff, titulado “No pienses en un elefante”. Plantea Lakoff que si le dices a alguien que “no piense en un elefante”, en seguida su mente lo dibujará. Al oír la palabra se activará un marco referencial evocador basado en la experiencia. Las palabras no son inocentes, movilizan una estructura preexistente que opera contra la voluntad.

Lakoff recurre al concepto de “frame” (marco o esquema) y a las metáforas que éstas guardan dentro. Los marcos son estructuras mentales que determinan la forma de ver el mundo. Nuestras ideas políticas dependen de estos marcos en los que nos movemos y las cambian en la medida en que lo hacen éstos.

Es la metáfora de cómo conducir un cerebro dormido, pero creando cerebros creativos.

Este libro fue recomendado por Blanco a su militancia de cara a la confrontación electoral de 2008 como estrategia de comunicación política, y tal como escribía el periodista Santi González el pasado lunes en un conocido diario madrileño, se le están empezando a ver las orejas al elefante.

Y es que el elefante de Lakoff es la gasolinera de Blanco.

Sin moverme ni un milímetro de la plena convicción que tengo en la presunción de inocencia que ampara al ministro y portavoz del Gobierno socialista, será muy difícil a partir de ahora que los españoles no piensen en la gasolinera cada vez que Pepiño Blanco aparezca delante de sus televisores o lo escuchen por las ondas radiofónicas.

Ahora que todos los españoles conocen los sueldos de sus políticos, y por tanto saben que el ministro gana alrededor de 70.000 euros brutos al año, cuando aparezcan las noticias sobre el ático de lujo en la isla d’Arousa construido en una zona exclusiva en la que se ha tenido que modificar la línea de costa para poder construirse en “Villa-PSOE”, serán muchos los españoles que pensaran en la gasolinera.

Ahora que los españoles saben que el portavoz y ministre de Fomento del Gobierno socialista lleva a sus hijos a un colegio privado católico, que viene a costar unos 1.200 euros por niño al mes, porque dice que alrededor de donde vive no hay colegios públicos bilingües –cosa que se ha demostrado como falsa-, los españoles pensaran en la gasolinera.

Porque claro, echando cuentas, si con unos 4.500 euros netos al mes has de pagar la hipoteca de tu ático de casi 400.000 euros, y el colegio de tus hijos de 1.200 por niño cada mes, lo más normal és que todos pensemos en la gasolinera.

Los socialistas han sido unos maestros en utilizar resortes del poder para conseguir que no se hablara del elefante y de la crisis, judicializando la política  en maniobras de persecución policial y judicial contra el Partido Popular durante toda la legislatura. Ver a Blanco bebiendo su propia medicina no sólo es una ironía del destino, sino que también es la constatación de que, como dice el refrán, no sólo a los cerdos sno que también a los elefantes les llega su San Martín.

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