Solo lo que nos corresponde

Autor: Mario Ángel García Báscones, diputado provincial y alcalde de Nules

Los valencianos, a diferencia de otros, no nos consideramos ni mejores ni peores que el resto de españoles. De hecho, queremos ser españoles como todos los demás, aunque la relación entre lo que aportamos al conjunto de la nación y lo que sacamos de ella no se corresponda con lo que debería.

Alberto Fabra reclama al Estado 1.500 millones de €, no porque quiera distinguirse, sino más bien por lo contrario: ese es el cálculo que se desprende de todo lo que no hemos recibido, cuando en realidad nos correspondía.

Si además, a esta deuda histórica del Estado con nuestra comunidad, se le suman los efectos de la crisis, que han hecho estragos en todas las economías, ya sean públicas o privadas, el resultado son los serios problemas de liquidez por los que está atravesando la Generalitat.

Pero nuestro President, lejos de convertir su reclamación en una pataleta, la fundamenta en un trabajo de gestión responsable. Teniendo en cuenta la escasez de recursos, se están haciendo evidentes esfuerzos para hacer frente a los compromisos, por ejemplo, con los ayuntamientos, que paulatinamente vemos cómo se reduce la deuda que el Consell había contraído con nosotros.

Las cifras de la descompensación son fácilmente demostrables, aunque no por ello dejan de ser hasta dramáticas, porque uno se pregunta en qué pensaban gobiernos anteriores cuando, teniendo en cuenta la financiación de las comunidades autónomas, hacían posible que, por ejemplo, los cántabros recibieran 2.568 euros per cápita al año, cuando los valencianos no alcanzábamos los 1.670.

Saber que cada valenciano, teniendo en cuenta la media nacional, ha recibido con los gobiernos socialistas 270 euros menos de lo que le correspondía, bien merece una reivindicación contundente. Hasta nuestros vecinos catalanes, que tan agraviados se sienten con el gobierno español, han recibido casi 112 euros por ciudadano más que la media.

Por eso, a diferencia de otros, la batalla de Alberto Fabra, es por una causa justa: queremos ser como los demás y en esa lucha debe tenernos a todos a su lado.

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