No tenemos, ni la calderilla

Autor: David Luís López, PP de Castellón

Calderilla. Así es cómo denominamos o denominábamos los españoles a las pequeñas monedas de céntimo de euro, o algunos incluso de euro, o dos, que llevábamos en monederos, bolsillos, o acumulabamos en cajones.

Eso era cuando teníamos trabajo. Ahora por desgracia, aquél país que era referente mundial, y en el que los inversores de todo el planeta querían invertir, se encuentra en una situación muy crítica, tal vez, la más crítica de su historia. Con más de 5 millones de personas, en el “paro”; sin crédito para particulares y empresas en la banca; con una banca débil obligada a fusionarse entre ella; con los valores en bolsa más volátiles de los últimos tiempos, extremadamente inestables; y lo peor de todo, sin remedio alguno a la vista.

Cómo queja, algunos ciudadanos, han tomado los espacios públicos, para criticar el sistema, sin saber qué no deben criticar al sistema, qué pese a no gustarnos(creo que, nunca a nadie durante la historia le ha gustado ninguna forma de gobierno y a los que les ha gustado, ha sido por interés. Véase Hitler.), es el menos dañino para con la población civil. Es cierto que hay que pulirlo, y hacerlo cada vez mejor, pero eso sólo se puede hacer, aprendiendo del sistema, y progresando sobre los errores que vayan sucediendo durante el transcurso de un tiempo. No hay nada, cómo avanzar hacia un horizonte, ya que, jamás llegas, pero poco a poco, avanzas en el camino, que es lo que realmente importa, el progreso.

Y es por eso, por lo que, yo creo que éstas personas no critican el sistema, no critican nuestra democracia, yo creo, que pese a estar manipulados seguramente, cómo todos los famosos movimientos Españoles(véase “Nunca Mais”), estan ansiosos de una democracia de conocimiento, una democracia real cómo dicen, también una democracia leal a los principios, en la que, los partidos minoritarios, que son los que tienen la llave, no quieran seguir apoyando a quien no ha sabido tomar las medidas necesarias para sacarnos de la crisis, y apoyen a la fuerza de la oposición más amplia, para hacer una moción de censura, y dejar via libre a quien sea elegido por los ciudadanos, de forma democrática.

Por desgracia, en éstos momentos y pese a la crisis, los partidos prefieren aún, sentirse progres, antes que creer en los ciudadanos, prefieren sentirse de izquierdas antes que apoyar al Partido Popular. Es demasiado el odio, es demasiado el rencor, son demasiados los factores que hacen que sean ellos los cómplices de ésta crisis, de los 5 millones de desempleados, de las miles de familias que han sufrido un embargo y se encuentran sin dinero para comer y sin techo alguno. Pero, antes todo ésto, que apoyar al PP, aunque nos cueste la poca calderilla que nos queda, a ellos, los responsables, y a nosotros, los que sufrimos su falta de dignidad.

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