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Marco y la guardería San Vicente

Autor: Begoña Carrasco García, Portavoz del grupo municipal del PP en Castellón

En las promesas almíbar, en el cumplimiento acíbar», decía Tirso de Molina. Y eso es lo que ahora están pensando los padres y madres de los niños que hasta el pasado curso tenían una plaza en la guardería San Vicente Ferrer de Castellón, muchos de ellos de familias en riesgo de exclusión, y a los que la alcaldesa Amparo Marco prometió su continuidad, pero que han visto cómo les han dado con la puerta en las narices.

Poco les duraron las esperanzas. Cervantes escribió en El Quijote que «del dicho al hecho hay gran trecho», seguramente pensando en algún que otro mandatario de la época que, como ella, ya prometía más de lo que podía cumplir, con el ánimo de salir triunfante de un apuro. La grabación del pleno del 26 de julio testimonia cómo Marco decía con todas las letras al pleno que había un acuerdo entre «Generalitat y Ayuntamiento» por el que se ponían «a disposición» de la entidad para que «no se cierre. No se cierra la escoleta San Vicente Ferrer para el curso 2018-19, que es lo importante. ¡No se cierra!», a voz en grito repitió.

Por desgracia, la realidad siempre supera a los buenos titulares. El 2 de agosto el acuerdo era bien distinto. La guardería se ha cerrado y los niños se han tenido que dispersar por otros centros. Adiós a la guardería San Vicente Ferrer, que ha funcionado durante 40 años, las siete trabajadoras a la calle y más de 50 familias a buscarse la vida. Todo el mundo a correr por su mala planificación, porque ella sabía desde hacía un año el problema que existía.

La alcaldesa ha engañado a las familias, a las más vulnerables. Una vez más división, frustración, ninguneo e impotencia. Tal vez Amparo Marco pensaba que las palabras se las lleva el viento, pero ni los castellonenses son tan desmemoriados, ni a la oposición nos la cuelan. Señora Marco, una vez más debo recordarle tristemente que ha vuelto a engañar a los castellonenses.

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