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La recompensa del esfuerzo

Autor: Miguel Barrachina Ros, Economista y Vicepresidente de la Diputación de Castellón

El ahorro presente es la inversión de mañana, por eso, hoy mismo, la Diputación de Castellón en pleno, aprueba incorporar 10,3 millones de euros adicionales procedentes del esfuerzo de contención del gasto corriente en los dos años previos.

Nuestra inversión va a crecer un 150%, y de los 14 millones que presupuestamos para este fin en 2013, vamos a saltar hasta 37,2 millones en este ejercicio, lo que se traducirá en nuevas infraestructuras municipales y empleo.

Austeridad y ahorro tienen premio, y por ello 62 municipios más, a partir de mañana, verán como mejoran sus carreteras, el abastecimiento de agua, su depuración, y se restaura parte del rico patrimonio debido a reducciones de gasto, los famosos “recortes”, y sin necesidad de pedir ningún préstamo, de hecho, nuestro endeudamiento a finales de 2014 se habrá reducido un 40% desde el comienzo de la legislatura.

Este giro en todos los indicadores –deuda, inversión, periodo medio de pago…- de la administración provincial, y que ya ha tenido lugar en la mayoría de municipios, se va a producir también en la autonómica y nacional, pero con el lógico retraso que su enorme dimensión impone.

La austeridad no es una opción, sino una necesidad. Los números globales del Estado arrojan unos gastos superiores a los ingresos de 67.000 millones, una cantidad muy inferior a los 100.000 de agujero de 2011 pero que obliga a seguir realizando esfuerzos.

Por eso resulta desconcertante que CCOO y UGT hayan convocado movilizaciones en abril contra "las políticas de austeridad en Europa”, pues devolver un préstamo no es austeridad y tener una deuda pública próxima al billón tampoco. Es justo al contrario, hoy sufrimos más y crecemos menos por la falta de un comportamiento riguroso y austero.

Por ello las nuevas acciones sindicales previstas para el mes previo a las elecciones europeas es solo su entrada en una campaña en la que, pese a todo, son muchos los que exigen de los gobiernos el irresponsable comportamiento de seguir gastando mucho más de lo que se ingresa.

Por fortuna, hoy, las administraciones están reduciendo su gasto superfluo, suprimiendo entes y rebajando su déficit, como parte del sacrificio indispensable que ya han hecho familias y empresas para adecuarse a sus ingresos.

Por cierto, que estos ingresos por fin han comenzado a crecer y se ha recaudado un 6% más en lo que va de año, lo que es reflejo de que la recuperación, aunque modesta, esta en marcha y eso permite dos cosas en el corto plazo: asentar nuestra sociedad del bienestar y bajar impuestos, manteniendo reformas y austeridad.

Todo esfuerzo tiene su recompensa.

 

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