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Indignados por la intolerancia

Autor: Ana Rosa Sanfeliu, PP Castellón

Mañana hará un mes que venimos contemplando, debatiendo y polemizando sobre ese movimiento neorrevolucionario que se ha venido a llamar 15 M. Así mismos se autodenominan indignados y basan su slogan en las palabras de Stéphane Hessel, uno de los redactores de la Declaración de los derechos humanos que llamaba al alzamiento popular porque, según él, 60 años después de la derrota del nazismo, las ideas fascistas no habían desaparecido.

Vamos, más o menos el mismo remember como lo que pasa con Bildu. Que han vuelto en las instituciones democráticas para aprovecharse del dinero y datos públicos, cuando ETA y su vinculación con ETA no ha desaparecido.

Pero por Bildu, los quincememistas no se indignan. Y aún hay más. Al parecer ahora tampoco se indignan porque el 54% de los jóvenes esté en el paro. Tampoco se indignan porque en España haya 5 millones de parados. Porque en España la reforma laboral se realice sin consenso y a golpe de decretazo. Porque en España, el Tribunal Constitucional y la mayoría de los órganos judiciales tengan sus miembros elegidos por las siglas políticas.

Por estas cosas no es que no se indignen, sino que ni siquiera lo nombran ni les importa.

Los indignados, solo se indignan si es ante los plenos elegidos democráticamente por sus conciudadanos. A los cuales deben despreciarnos mucho, porque creen que no somos dignos de tener unas ideas y demostrarlas en las urnas. Para los indignados, los que votamos, los que respetamos el Estado de derecho y las leyes debemos estar en el rango de entre bobos y alienizados.

Pero es que más que indignados, los quincememistas son intolerantes. O conmigo o contra mí. O piensas igual que yo, o es que estas completamente equivocado. Todo un ejemplo de esa democracia que piden YA y a gritos, pero que convierten en totalitarismo atacando sólo a los demonios tradicionales del izquierdismo casposo: la banca, la derecha y el ladrillo. Demasiada flauta para tan poco perro.

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