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Empleo y pensiones

Autor: Vicent Sales Mateu, Vicepresidente de la Diputación de Castellón

A los que riegan el árbol del cinismo, se les debería recordar aquel BOE de 31 de diciembre de 2010 sobre Revalorización de pensiones del Sistema de Seguridad Social, eufemístico título bajo el cual el PSOE trató de esconder su más glorioso hachazo.

Para desmemoriados, aquel BOE fue la prueba de que, a todos y cada uno de los españoles que cotizaron para garantizarse una pensión superior a la mínima, el PSOE, con el voto de todos los partidos de la izquierda parlamentaria del Congreso, incluido el diputado Pedro Sánchez o la diputada Carmen Montón, no sólo les congelaron las pensiones, sino que además, les suspendieron la revalorización automática prevista en la Ley del anterior Gobierno del Partido Popular.

Viene esto a colación de las manifestaciones –legítimas por descontado- animadas y promocionadas por los partidos de izquierda y sindicatos, cómplices de aquella congelación y a los que ahora no se les ha movido ni un sólo músculo de la cara, como si la tuvieran de cemento armado. Aquel BOE es la prueba del nueve de que los mercaderes de la política son capaces de vender su alma por conseguir un puñado de votos.

El sostenimiento del sistema público de pensiones es el principal desafío social al que se enfrenta España. Está íntimamente relacionado con todos los demás: crisis demográfica, despoblación, paro y precariedad laboral.

Es un problema complejo que no se soluciona con proclamas demagógicas ni con dogmatismo partidista. El Gobierno de España es responsablemente consciente. Tal vez sería bueno que esa misma responsabilidad se la aplicara la oposición. Los hechos son lo que son: para revalorizar las pensiones de acuerdo a la inflación, España debería crecer al 4,2% cada año hasta el 2050. Una utopía ridícula.

Ha sido la creación de empleo de estos años gracias al Gobierno de España, lo que ha evitado la quiebra absoluta del sistema. Donde gobiernan los amigos de Podemos, como en Grecia, los pensionistas han visto reducida su pensión un 40%.

Aún así es ilusorio pensar que con únicamente aumentar los ingresos de la Seguridad Social se garantizará la sostenibilidad del sistema de pensiones; o con propuestas demagógicas como las del PSOE o Podemos que comparten la peregrina idea de crear un impuesto a la banca, como si no fuera a afectar a los usuarios.

Lo que hay que decir con convicción y serenidad, es que urge sustituir un sistema de pensiones que está pensado para un mundo laboral de empleo fijo de por vida que ya no existe. Los partidos políticos hemos de actuar con la madurez que demostramos en 1995, cuando se forjó el Pacto de Toledo, para superar una situación similar.

Hay que seguir impulsando la creación de empleo y la productividad y financiar algunos gastos vía Presupuestos, mientras se incentiva la natalidad, la prolongación de la vida laboral y el ahorro.

Y tener un poco de memoria y a cada uno recordarle lo que ha hecho.

 

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