De la aberración al bochorno

Autor: Oscar Clavell López, presidente del PP Vall d'Uixó

Los días 5 y 6 de junio, todos los valleros fuimos testigos de la mayor aberración cultural cometida en nuestro municipio por el actual equipo de gobierno como no se recuerda otra en muchísimos años. Los socios del tripartito de izquierdas que desgobiernan la Vall decidieron unilateralmente sin tener en consideración las más de 13.000 firmas presentadas por la plataforma Salvemos la Cruz en el registro municipal; sin contar con el mandato del pleno municipal que en dos ocasiones en esta legislatura dijo no al derribo de la Cruz de la plaza de la Paz; sin respetar el consenso democrático que desde el año 1979 con el alcalde comunista Vicente Zaragoza y todos los alcaldes posteriores de diferentes ideas políticas, menos la actual alcaldesa, decidieron mantener la Cruz en su lugar, eso sí, eliminando toda simbología política como se hizo en aquel año; no tuvieron en cuenta la opinión de tantísimos valleros que salieron por la mañana y tarde a manifestarse democrática y respetuosamente contra la decisión del equipo de gobierno, sino que acordonaron la plaza de la Paz con casi un centenar de antidisturbios de la Guardia Civil para proceder a aquella barbarie cultural como si de los talibanes se tratase, amparándose en un artículo de la Ley de la Memoria Histórica que no lee lo que ellos defienden.

Pero no tuvieron suficiente con todo aquello, sino que también ahora se burlan directamente en nuestras caras colocando una escultura que se ha convertido en motivo de indignación entre los valleros y de mofa entre los foráneos. Un monumento que pretende, aunque no lo logra, homenajear a un sector con tantos seguidores y profesionales en la Vall como es la música. Un monumento inspirado, y sólo hace falta verlo, en la figura de la República y que ha enfadado más si cabe a los valleros.

Sin duda, la cultura y la historia parece que no son el fuerte de la suma de perdedores que pretenden gobernarnos, pero lo único que consiguen es dividirnos y despertar viejos fantasmas que deberían estar enterrados desde hace ya muchos años con el principal objetivo de crear polémicas inútiles y estériles para ocultar sus enormes errores y su incapacidad.

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