Cuestión de madurar

Autor: Maria Nieves Martínez Tarazona, Vicesecretaría de Política Autonómica PP Castellón

Reunión de escalera de una calle cualquiera de una ciudad cualquiera de nuestra España. Votación para la elección de presidente de escalera, 14 viviendas, 2 de ellas deshabitadas no acuden a la reunión. Resultado de la elección: 1 abstención, 5 votos para el vecino del 5o, 2 para el del 3o y 4 para el del 6o. Se cierra el acta con el vecino del 5o como presidente.

Algo tan simple, lo vemos normalizado. Por la cuenta que le trae al vecino del 5o tendrá que tomar decisiones muy consensuadas, pues debe ser consciente que no todos sus vecinos le han apoyado en la votación, pero como presidente los representa a todos. Este ejemplo tan sencillo de democracia es el que nos lleva de calle en los últimos tiempos. Está claro que es un ejemplo sencillo, pero que encarna los ríos de tinta que inundan nuestros medios de comunicación. Cómo la clase política no ha der verse desacreditada ante la falta de diálogo que tanto llena la boca a la sección autollamada progresista. Si somos progresistas lo somos para todo. En los últimos tiempos se entiende al progresismo como la corriente ideológica opuesta al conservadurismo. Sin embargo, en según en qué aspectos, a los progresistas de este país les conviene continuar en el conservadurismo pese que éste es crítica permanente por sus bocas. Además sin dar opción a plantear un debate enriquecedor y democrático de una probable reforma de la ley electoral.

Todo este planteamiento no es para nada nuevo. Ya en el programa electoral socialista de 2004 en su página 62 versaba una medida tal cual “elección directa de los alcaldes, en votación diferente pero simultánea a la de los concejales, en un sistema de doble vuelta que refuerce la gobernabilidad de los Ayuntamientos y en el que se reconozca el derecho de sufragio a todos los que residan legalmente en España”. Asimismo en el 2011 en el programa del PP versaba “Reforma del sistema electoral municipal; punto 09: promoveremos la reforma del sistema electoral municipal para respetar la voluntad mayoritaria de los vecinos garantizando, al mismo tiempo, la estabilidad de los ayuntamientos”

Qué ha pasado ahora en las filas del recién renovado, pero rápidamente deshinchado partido socialista. Acaso el señor Sánchez no ve fuerte a su partido como para poder ser partido de gobierno en los municipios de nuestro país como lista más votada. En un partido que todavía no se ha jugado, dónde está el miedo. Sólo se plantea respetar la democracia y voluntad del pueblo.

Deberíamos madurar y progresar como democracia y plantear que el enriquecimiento de la misma no está en acuerdos de despacho con chantajes que a nadie se le escapan, sino en dialogar y acordar cada decisión. A ver si el criticado rodillo de la mayoría que tanto versa en el discurso de la izquierda se transforma en el rulo del no a la lista más votada, sea quien sea.

El presidente Fabra declaró recientemente que “El PPCV no gobernará en ningún municipio donde no sea la fuerza más votada” dejando muy clara la postura de su partido para conocimiento de los ciudadanos.

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