Comienza el cambio

Autor: Miguel Barrachina Ros, Vicepresidente de la Diputación de Castellón

La Diputación de Castellón no ha querido esperar y hemos sido los primeros en ajustar dimensión y cuentas a los nuevos tiempos que Mariano Rajoy tiene que administrar para todos los españoles.

Entendemos que los ciudadanos están esperando que cumplamos el papel que nos han encomendado de liderar la salida de la crisis. Y la única forma de salir los primeros, y reforzados, de ella es coger el toro por los cuernos y enfrentarnos a él. Los ciudadanos no quieren que el médico les diga que no están enfermos pese a que cada día que pasa se encuentran peor. Nuestra responsabilidad es diagnosticar la enfermedad y poner el remedio para recuperarnos lo antes posible.

Estoy seguro de que Javier Moliner ha acertado con el tratamiento y, aunque haya tenido que ser de choque en el 2012, nos va a permitir recuperarnos antes que la mayoría y, además, nos levantaremos mucho más fuertes.

Pero, además, lo haremos mucho más confiados, porque los castellonenses podrán comprobar como los plazos se van cumpliendo. Antes de recuperarnos de la gripe sabemos que pasamos dos días como si nos hubiesen dado una paliza para luego recuperar plenamente la salud.

Pues el tratamiento está ya en marcha y, en contra de lo que a veces pueda parecer, no consiste solo en recortes. La solución no es esa, simplemente es una consecuencia necesaria de lo verdaderamente importante, que es mejorar la eficacia en la gestión.

Y no se trata de que hayamos recortado 120.000 euros en el gasto en plantas ornamentales, o 80.000 en artículos promocionales, o 31.000 de la festividad de Santa Rita. Se trata de que ese dinero se va a destinar a mejorar la asistencia social, a invertir en traer más turistas a la provincia, se va a anticipar a los ayuntamientos para que puedan asumir sus pagos, a pagar las obras de los municipios más pequeños…

Todo esto es lo que da sentido a las diputaciones y todo esto es lo que da sentido al sacrificio que estamos haciendo no solo nosotros, sino todos los castellonenses. Y este esfuerzo, que nadie lo dude, se verá recompensado con este cambio.

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