Benicàssim no espera a nadie

Autor: Susana Marqués Escoín, alcaldesa de Benicàssim

En esto del municipalismo a veces es necesario parase un segundo a ver el equipaje que has conseguido cargar en el maletero de un gobiernoy planificar el camino que te queda por delante para cumplir con tus ciudadanos.

Si en Benicàssim hacemos eso, desde el Partido Popular miro con satisfacción que llevamos el maletero lleno. Cuando hace siete años llegamos al ayuntamiento, nuestra ciudad agonizaba. En turismo, se había conseguido descarnar la llegada de visitantes, no se ofrecía ni un solo atractivo por el que venir y además, el resto de destinos turísticos nos adelantaban sin remedio. Si hablamos de ciudad, la crisis había paralizado la economía y el tripartito no había sabido poner remedio. El paro acuciaba a las familias y la situación era calamitosa.

Si les hablo del propio ayuntamiento, el panorama era aún más triste. 17 millones de deuda, 1,5 millones de facturas en cajones y un compromiso firmado sin demasiado criterio de futuro para construir desaladoras que a nuestra ciudad puede acabar costándole más de 23 millones de euros. Esa es la herencia que recibimos del gobierno tripartito en el municipio y del socialista en el de la nación.

A eso debíamos sumarle que en Benicàssim no se hacía nada que ilusionara ni a la gente ni a los inversores. Y, por si fuera poco, emblemas patrimoniales del municipio como es Villa Elisa seguía parada por el capricho del gobierno de izquierdas.

Así que, vista esa perspectiva, esta ciudad, que emprendía un nuevo aire con un gobierno del PP decidió que no podía esperar a nadie. Pero, por supuesto, que tampoco íbamos a dejar de aprovechar cualquier oportunidad para ser reivindicativos por las cosas que creemos.

Así hemos conseguido hacer realidad muchos proyectos como la rehabilitación de Villa Ana y su conversión en centro cultural; así exigimos al gobierno de la Nación que invirtiera en Benicàssim y hemos podido conseguir la restauración de la Torre Sant Vicent; así hemos conseguido desbloquear la continuación de la CV-149; así hemos conseguido sumar el apoyo de la Diputación y rescatar a Villa Elisa del ostracismo de la Generalitat ahora también gobernada por el tripartito que la paralizó. Así hemos conseguido ejecutar el proyecto del puente sobre el barranco de Farja que unirá el pueblo y la playa.

Y así hemos conseguido incorporar inversiones, lanzarnos al mundo como destino turístico, como ciudad de festivales y atraer a más de medio millón de asistentes al año en actuaciones musicales.

Por eso ahora seguimos diciendo bien alto que no vamos a esperar a nadie y menos a gobiernos de izquierdas, como el de la Generalitat que no deja un céntimo en nuestro municipio y solo sabe retrasar obras como el CEAM.

Así que si alguien quiere quedar bien con Benicàssim que se nos pegue a rueda, como se diría en argot ciclista porque aquí no vamos a esperar a nadie para seguir avanzando.

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