Año cero

Autor: Manuel Altava Lavall, Portavoz de Justicia del PP en el Senado

En 1929 una gran crisis económica y financiera asoló USA, Europa y el resto del mundo. Fue la llamada Depresión del 29 o La gran depresión. Se originó en Estados Unidos tras el <> un 29 de octubre en que se hundió la Bolsa extendiéndose rápidamente por todos los países. Duró hasta casi finales de la década de los años 30 y sus consecuencias se relacionaron incluso con la aparición del nazismo y con el estallido de la II Guerra Mundial. El también llamado <> hizo disminuir las rentas, bajó en más del 50% el comercio internacional y elevó el desempleo a cifras exponenciales. Como pone de manifiesto Ramírez Rodríguez con la llegada a la presidencia de Franklin Delano Roosevelt en 1932 y sus políticas denominadas de New deal (nuevo trato) se marcó el inicio de la recuperación en América del norte y en el resto de países.

No está claro que los New deal (fueron dos, en 1933 y en 1935-1938) tuvieran efectos directos en la lucha contra la crisis pero sí tuvieron un inmenso acierto en el plano social. Sus reformas económicas e institucionales adaptadas a aquéllas terribles circunstancias consiguieron aumentar el empleo, dieron paso a una nueva distribución de recursos y facilitaron la llegada de ayudas a agricultores y trabajadores autónomos. Fue una auténtica transformación económica y social.  

No sabemos aún como los historiadores llamarán a nuestros tiempos actuales y estas circunstancias de crisis de hoy o si se cumplirá la profecía maya de que el 12.12.12 se acabará el mundo o habrá un gran cataclismo. Lo que sin duda está claro es que nos encontramos ante el fin de una era y el principio de otra. Algo se ha movido y casi nada va a ser igual a partir de ahora. Todo influye o ha influido ya. Inmersos en plena época digital, los modos de producción y los propios productos son radicalmente diferentes de los precedentes. Estamos obligados a ello y los gobiernos responsables están necesariamente diseñando sus New deals y los están poniendo en práctica porque ciudadanos y familias lo necesitan.

La peculiar estrategia de organización humana que hace que compartamos globo, atmósfera y hasta situaciones económicas delicadas exige que cada gobierno nacional o supranacional aborde de inmediato reformas urgentes que encaje las piezas y haga viable el bienestar, la prosperidad y la convivencia.

Esto es lo que está haciendo el Gobierno de Mariano Rajoy. Ahora, Europa tiene que responder satisfactoriamente porque esas decisiones del Gobierno ya están dando sus resultados: El primer trimestre del año las CCAA han conseguido el déficit cero y aún sin los anticipos del Estado el déficit agregado es del 0,45%, totalmente en línea con el objetivo de limitar el déficit al 1,5% del PIB este año; en solo tres días, más de 100.000 proveedores han cobrado sus deudas con unas previsiones para este capítulo para que todos los proveedores puedan cobrar de casi 30.000 millones de euros; y, por primera vez en la historia, este Gobierno ha conseguido que las CCAA publiquen con transparencia sus resultados trimestrales.

La solución a esta crisis es más euro y más Europa. España es un país solvente que está cumpliendo sus compromisos con la Unión Europea. El Gobierno está saneando el sector público y el sector bancario. El Gobierno está haciendo las reformas necesarias para impulsar la economía y recuperar el empleo que hasta Barack Obama está reconociendo. España está demostrando ser un miembro leal y cumplidor con la Unión Europea.

España apuesta por salir de la crisis haciendo más Europa. España está haciendo sus deberes. Ahora corresponde cumplir a Europa.

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