Andrómeda Veinte Doce

Autor: Ana Rosa Sanfeliu, PP Castellón

Andrómeda 2012 es un país muy similar a España pero en otra dimensión. Es igualito que nuestro país, la misma crisis, los mismos 5 millones de parados, la misma tasa de desempleo juvenil del 48,5%, la misma bancarrota de las cuentas públicas municipales y autonómicas, los mismos dirigentes políticos y hasta con los mismos nombres. Vamos que podría ser España, perfectamente. Sin embargo, la diferencia se encuentra en que, en Andrómeda 2012, acaban de aterrizar todos los socialistas que había en España hasta hace 50 días en el gobierno de la nación y hasta hace ocho meses en los municipales.

Estos seres políticos, dañados psicológicamente por sus derrotas electorales, han sufrido una crionización de sus mentes, al estilo Walt Disney y tras el letargo del duelo, de repente se han despertado en su España imaginaria, esa de la que según ellos, no tienen ninguna responsabilidad sobre lo que sucede.

Así vemos como el señor Colomer, haciendo alarde de memoria de pez, vota en contra de pagar facturas atrasadas por valor de 600.000 euros y que se contrataron durante el mandato del PSOE en Benicassim. Con lo cual, deja con el culo al aire a las empresas que le suministraron a él y su gobierno.

Y de repente, el flamante senador Enrique Navarro, sale exigiendo fechas para el corredor mediterráneo ferroviario de mercancías y el AVE, cuando su gobierno y su megaministro de fomento, José Blanco, hace un año que debieron presentar la financiación de esta obra que dejó de ser pública por decisión del PSOE.

Tampoco los socialistas recuerdan sus sueldos cuando ahora exigen a otros políticos que se los bajen y así, en Onda, a Juan Miguel Salvador se le ha olvidado que él, como alcalde, cobraba 12.000 euros más que el actual alcalde del PP, Salvador Aguilella.

O las recriminaciones de Soraya Rodríguez en el congreso sobre la reforma laboral, acusando a Rajoy de mentir y sin recordar que su amado ZP acudió a las elecciones de 2008 negando la crisis y con el slogan: “pleno empleo”.

En definitiva, la solución para el PSOE no es Rubalcaba, sino unas buenas pasas.

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