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2 de junio

Autor: Maria Nieves Martínez Tarazona, Vicesecretaría de Política Autonómica PP Castellón

La fecha del 2 de junio de 2014 pasará a la historia de España con la noticia que hoy recogen todos los periódicos y medios de España. Las lecturas a la noticia serán múltiples y más después de los significados variopintos de la última semana tras las elecciones europeas en nuestro país. Según los intereses defendidos por cada medio se harán las lecturas, sin embargo en la decisión adquirida no se ve más allá que una europeización más de España. La abdicación a generaciones en plenas facultades y con plena capacidad de afrontar la realidad de un estado están a la orden del día en Europa, y España lo que ha hecho es sumarse a esta dinámica.

En boca de muchos el momento no habrá sido el más adecuado, en cuanto a lo que supone el paso hacia detrás de la figura principal de la transición española, y lo que ello supuso para nuestra sociedad, sin embargo, no me sumo a ellos. Es verdad que la sociedad pide un cambio de caras, ideas y necesidades en todos los estamentos, y hay instituciones que de manera natural las tienen y bien formadas, como ocurre en el caso de la monarquía. Enfrente están los representantes de nuestros ciudadanos en la figura de los políticos que deberían de tomar nota a la decisión adquirida por el hasta ayer monarca Juan Carlos. Pienso que en cada institución, en cada partido, hay gente suficientemente preparada y con ideas nuevas y actualizadas a las demandas de nuestra sociedad dispuesto o dispuesta a ponerlas en marcha en el siglo XXI, sin que ello suponga volver a un régimen ya experimentado.

De ello debieran tomar nota los dos grandes que apostaron por una transición en la sociedad española, y que siempre han defendido la institución de la corona como Institución que le da estabilidad al Estado Español. Los españoles no les han dicho que no a lo que significan, sino al cómo lo están haciendo y la manera de representarlos en los últimos tiempos. De ahí el aumento de abstención en los últimos comicios.

Los representantes públicos debiéramos de tomar nota de aquello que se nos ha transmitido y desde las cúpulas de poder dentro de los partidos recapacitar de la necesidad de relevo generacional. Eso no significa que sobra gente, sino la necesidad de ideas nuevas y actualizadas, y en contacto directo con la sociedad, además del enriquecimiento técnico que muchas veces eso significa. Enfrente queda el mal denominado populismo, que como oí recientemente "es darle soluciones sencillas a problemas muy complicados". Y como la realidad misma nos impregna día a día, eso no es tan fácil como parece. De ahí que la realidad vivida por España aunque sencilla de explicar es difícil de afrontar.

 

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