Más de lo mismo, que es menos

Autor: Mario García Bascones, concejal y presidente del PP de Nules

Más de lo mismo. Eso es lo que nos ofrecen los que hacen como que gestionan el Ayuntamiento de Nules, porque lo único que se les da bien es excluir a quienes no les palmean las gracias, mientras planean estrategias para ver cómo van a revalidar el despropósito en el que se embarcaron en el 2015.

La realidad les persigue, muy a su pesar, aunque hacen cuanto pueden por ocultar su nefasto desgobierno. Porque es contrario a la razón y a la coherencia que se le debe exigir a un responsable municipal decidir destinar miles de euros a contentar a los bancos y conseguir un bonito número que enmarcar en un cuadro, mientras se crean ordenanzas nuevas para aumentar las tasas e impuestos que pagan los vecinos.

Conocidas son por todos las advertencias del señor alcalde sobre su nueva manera de regir el espacio público: endurece ordenanzas e impone sanciones, recurriendo a la Policía Local como si los agentes no tuvieran tareas más importantes que hacer que de recaudadores para los caprichos políticos.

Si fueran tan buenos gestores como pregonan, si supieran qué hacer con ese superávit (falseado descaradamente) del que presumen, en vez de adelantar grandes cantidades de dinero a los bancos de manera innecesaria y en contra del sentido común, rebajarían los impuestos, porque eso sí que beneficiaría directamente a los vecinos.

Pero no. Bajar impuestos no, pero gastar sin tener consignación presupuestaria y después no pagar a los proveedores les parece más sensato. O amenazar a propietarios de solares y parelas agrícolas con multas por el problema de los mosquitos, haciéndoles responsables de su incapacidad de intervenir de manera efectiva contra el problema.

Se ofenden cuando les llamamos el pacto del gasto (a pesar de las pruebas más que evidentes), pero no se les cae la cara de vergüenza a la hora de modificar la ordenanza de vados para que justos y pecadores pasen por taquilla (si eres amigo o familiar igual puedes escaquearte, que esa es otra). Tampoco se avergüenzan cuando los proveedores llaman una y otra y otra vez para saber cuándo cobrarán por su trabajo. Esa es su manera de hacer gobierno.

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