Los huevos no duelen

Autor: Manuel Altava Lavall, Portavoz de Justicia del PP en el Senado

Esta noche a las cero horas comenzará la campaña para las próximas elecciones europeas. La irrupción en la arena de estas elecciones europeas de 2014 del ex ministro Miguel Arias ha sido atípica e intensa.

Tras la insistencia de la candidata Valenciano para que el PP designase su cabeza de lista y, después de una incesante presencia de ésta allá haciendo muchas declaraciones, ciertamente su voz enmudeció. La candidata Valenciano que no de la Comunidad Valenciana ha intentado ya reponerse de sus primeros y solitarios esfuerzos y prepararse para que su voz suene en este tramo que hoy se inicia hasta la celebración de las elecciones, ya con competidor conocido y con encuestas dándole la espalda. Fin de la primera fase.

Miguel Arias Cañete es un político veterano. Abogado del Estado y con un brillante currículo y evidente preparación, es una persona campechana y directa. Ha sido diputado, senador y ministro en otras etapas, así como eurodiputado. De cordial talante, argumenta con claridad, gran conocimiento y sin el más mínimo  atisbo de contrariedad, pase lo que pase. Un candidato duro de roer, sin duda. Dicen que su concurso no ayuda demasiado a las opciones socialistas y, por el contrario, devuelve ánimo y posibilidades electorales a los suyos.

En el despliegue que tiene lugar habitualmente en campaña electoral, Arias ya ha comprometido a Aznar en algún acto y su comparecencia en los medios de comunicación ya es cosa de todos los días donde pone de manifiesto que las opciones válidas hoy en día pasan por debatir, argumentar y dar soluciones al desempleo con medidas idóneas como las ya adoptadas que están demostrando eficacia para salir de la crisis. Poco ha hablado hasta ahora la candidata socialista de política agrícola común, inmigración en la UE, el papel del Banco Central Europeo o los retos que la Unión tiene ante sí como comunidad económica y política de naciones. En estas elecciones cuya campaña esta noche comienza los partidos van a trabajar para no ceder apoyos y que sus políticas ayuden en la construcción de Europa. No es el momento de ceder el voto ante quien ha demostrado su incapacidad para realizar una buena gestión por dos veces, como es el caso de los socialistas, ni para aplicar los denominados votos de castigo, ni ceder el voto a grupos, partidos o coaliciones dispuestas a consagrar con votos escisiones o deserciones recientes o lejanas.

Hace unos días en una tertulia televisiva asistía Miguel Arias como invitado. Hizo un repaso a su trayectoria y a sus últimas experiencias políticas activas, así como una detallada mención de la posición de España en la Unión y las políticas que interesaba impulsar en los órganos comunitarios. Era reciente la agresión sufrida por Pere Navarro a manos de una señora que le atizó un puñetazo o bofetada mientras le insultaba en una visita privada a Terrassa. Algún político nacionalista catalán había salido al paso de la noticia tranquilizando a la parroquia afirmando que al señor Navarro esas situaciones le iban en el sueldo. Como cuenta Ramírez Rodriguez, Miguel Arias –con su sempiterna simpatía, del expreso agrado de los contertulios asistentes de todo color- contó al hilo de esta cuestión que antes sí que era duro ser político o hacer política. En una campaña en Cádiz –contó-, allá por los años 80, íbamos con don Manuel Fraga y al llegar a una localidad de esta provincia alguien nos arrojó huevos.

Don Manuel, muy enfadado, dijo que iba a llamar al gobernador civil y Mon del Río, presidente gaditano de la formación política popular, le quiso quitar importancia al asunto y convencer a Fraga de no hacer tal cosa diciéndole: no es necesario, don Manuel, al fin y al cabo, los huevos no duelen.

Dice Miguel Arias que Fraga miró disgustado a José Ramón del Río por la ocurrencia, pero admitiendo al fin dejarlo estar. Lo que duele a los ciudadanos es que los candidatas/os no hagan propuestas y se dediquen a hacer una campaña basada en la mentira y la provocación. Que así no sea.

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