La perversión del sistema

Autor: Vicent Sales Mateu, Concejal Ayuntamiento de Castellón

El 27 de mayo la Fiscalía de Castellón decidió archivar las diligencias que había abierto el pasado mes de febrero contra el alcalde de Albocàsser, Antonio Querol, como consecuencia de la denuncia presentada por Carlos Mulet García, concejal de Iniciativa en la localidad de Cabanes.

El Decreto de la Fiscalía no puede ser más demoledor: “no se puede realizar una investigación penal sobre una persona y su patrimonio basada en afirmaciones derivadas de una denuncia anónima y sin apoyo documental ni indiciario”.

Blanco y en botella; lo que hizo Carlos Mulet no es más que una perversión del sistema, una corruptela política orientada únicamente a sacar rédito electoral basándose en una denuncia falsa.

En política encontramos especímenes de todo tipo de pelaje; incluso personajes sin escrúpulos como el tal Carlos Mulet, que se dedican exclusivamente a enfangar a instituciones y personas, faltando al respeto sin el más mínimo pudor

La denuncia falsa es aquella denuncia en la que los hechos no son verdaderos o no coinciden con la realidad, y por tanto constituye un delito por sí mismo tipificado en el artículo 457 del Código Penal.

Podría parecer que no existen motivos para que alguien ponga una denuncia falsa, pero cada vez se demuestra que son numerosos los casos en los que las denuncias esconden motivos personales o de carácter lucrativo. Son intereses espurios y bastardos de personas sin entrañas a las que les importante entre nada y absolutamente nada la verdad, la ética, la honestidad y la bonhomía. Son auténticos canallas que, como en un Western de Sergio Leone, “por un puñado de dólares” (o de votos) son capaces de llevarse por delante el buen nombre de una persona y de una familia.

La causa se abrió con una denuncia falsa y así se demuestra en el decreto de la Fiscalía; con una denuncia que a todas luces se ha demostrado que no tenía el más mínimo sentido ni veracidad. Y ahora así se ha demostrado, pero el daño ya está hecho y es irreversible para las personas afectadas. De hecho el decreto del archivo de Fiscalía se publicó 5 días después de las elecciones del 22 de mayo, con lo que parece evidente que el efecto que se buscaba, que no era otro que el de mantener una llama de sospecha sobre el alcalde de Albocàsser hasta el día de las elecciones, pudo influir en la jornada electoral, afortunadamente sin el éxito esperado.

No es extraño, por tanto, que los ciudadanos consideren a sus políticos el tercer problema del país, según la encuesta del CIS. Estas prácticas, frecuentes en determinados políticos sin escrúpulos, denotan cuál es el nivel de una determinada izquierda antidemocrática en este país; una izquierda que no puede vencer porque no puede convencer.

No puede vencer a los adversarios políticos porque no puede convencer a los ciudadanos, y sólo le queda la aniquilación del enemigo al precio que sea, ya sea por vía civil o por vía criminal.

Afortunadamente la credibilidad de Carlos Mulet está a la altura de su catadura moral y en su pueblo, Cabanes, su partido fue votado por el 19% de los electores el pasado 22 de mayo, frente al 57% del Partido Popular. Es comprensible su desesperación, pero no su falta de integridad. Si le quedara un mínimo de ética debería dimitir inmediatamente, pero no caerá esa breva.

 

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