La ley y la política. El Govern catalán ha divido la sociedad y ha puesto en riesgo la convivencia

Autor: Vicent Sales Mateu, Vicepresidente de la Diputación de Castellón

A principios de 1961 el alumno afroamericano James Meredith, no pudo matricularse en la Universidad de Mississippi porque se lo impidieron las violentas manifestaciones de estudiantes blancos. Kennedy envió más de 3.000 soldados para asegurar que Meredith pudiera matricularse y en mayo del mismo año, envió a la Guardia Nacional y tomo el control policial del Estado para garantizar el paso a la universidad local a los estudiantes negros.

Kennedy justificó el uso de las fuerzas federales en el estado de Mississippi ante la desobediencia del Tribunal Supremo que había declarado inconstitucional la segregación racial, por parte del gobernador segregacionista Ross Barnett.

La negativa del gobernador Barnett dio lugar a disturbios provocados por los estudiantes blancos y por agitadores segregacionistas. Murió un periodista y 75 personas resultaron heridas.

Ésta situación guarda similitud con lo que ha sucedido en Cataluña, donde Puigdemont y Junqueras han decidido desobedecer la Constitución y las decisiones del Tribunal Constitucional español.

No todos los referéndums son legales, ni moralmente aceptables ¿Qué resultado hubiera tenido un referéndum en Mississippi en 1961 para ver si los afroamericanos podían acceder a la Universidad?

John F. Kennedy, en un discurso histórico, justificó la intervención policial con estas palabras: «Los estadounidenses son libres, en resumen, de estar en desacuerdo con la ley, pero no de desobedecerla. Pues en un gobierno de leyes y no de hombres, ningún hombre, por muy prominente o poderoso que sea, y ninguna turba por más rebelde o turbulenta que sea, tiene derecho a desafiar a un tribunal de justicia. Si este país llegara al punto en que cualquier hombre o grupo de hombres por la fuerza o la amenaza de la fuerza pudiera desafiar largamente los mandamientos de nuestros tribunales y nuestra Constitución, entonces ninguna ley estaría libre de duda, ningún juez estaría seguro de su mandato, y ningún ciudadano estaría a salvo de sus vecinos».

España es una democracia avanzada que goza del máximo grado de libertades y respeto por los derechos individuales y colectivos. Es falso que los referendums sean sinónimo de democracia. Solo lo son si las consultas son pactadas y se enmarcan dentro de la ley. El Govern catalán ha dividido a la sociedad catalana y ha puesto en riesgo la convivencia situándose por encima de la Constitución y del propio Estatut de Cataluña. El independentismo ha construido su discurso político sobre un puñado de mitos y falsedades y en contra del Estado de Derecho. Decía Cicerón que «somos libres porque somos esclavos de la ley». Es ahí, desde la ley, desde el diálogo y la convivencia y no desde la confrontación populista y rupturista, que solo ofrece división y fractura social, desde donde debemos reconstruir los cimientos de un proyecto de convivencia en común en España y en Europa.

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