Cura de humildad

Autor: Mario Ángel García Báscones, diputado de Medio Ambiente y alcalde de Nules

Hace unos días viví una experiencia muy intensa que si me permiten quiero compartir con ustedes a través de este espacio.

Con motivo del Día de la Mujer, el Ayuntamiento de Nules organizó un homenaje a tres vecinas de mi municipio que han cumplido los 100 años. Es evidente que la esperanza de vida en los países desarrollados es cada vez más alta, pero siempre es sorprendente encontrarse con personas con tanto bagaje, tantas experiencias, tantas alegrías y tantos sufrimientos a su espalda, pero a su vez tan lúcidas y generosas como para compartir todo eso y sentir que no merecen un reconocimiento público.

Fue uno de esos momentos que compensan ocupar el puesto de alcalde en un Ayuntamiento. Me hicieron sentir pequeño y grande a la vez, pero sobre todo me dieron una lección de vida. Contándome algunas de sus experiencias y su particular visión de las cosas, llegué a la conclusión de que el paso del tiempo ha mejorado mucho esta sociedad en la que vivimos, pero por el camino hemos perdido valores fundamentales que fueron claves para llegar hasta donde estamos.

Estas mujeres son un ejemplo de capacidad de sacrificio y de entrega. En sus 100 años de vida sus principales recuerdos tienen que ver con lo mucho que trabajaron, sin quejarse, sin pedir más de lo que merecían o les tocaba y entregándose a su vez a sus familias para que no les faltara de nada. Porque nada tenían, o muy poco, pero nada querían más allá de lo imprescindible para vivir.

Tras hablar con ellas me quedó esa sensación de que tenemos mucho que aprender los que pensamos que lo sabemos todo. Porque hoy, se ha extendido la convicción de que lo merecemos todo sólo por estar, cuando en realidad las cosas hay que ganárselas, trabajar por lo que queremos, esforzarnos y superarnos.

No voy a simplificar las cosas, ni a equiparar este momento histórico con algunos de los que vivieron personas como ellas hace décadas, sería una ingenuidad. Pero sí que es cierto que, como ellas demuestran, las dificultades sólo se superan con capacidad de sacrificio, entrega y esfuerzo. Entre nosotros caminan verdaderas lecciones de vida, es una lástima que demasiado a menudo no seamos capaces de sentarnos a escucharlas.

 

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