Cuestión de sentido común

Autor: Andrés Martínez Castellá, vicepresidente segundo de la Diputación de Castellón y alcalde de Peñíscola

En las últimas semanas estamos siendo testigos de una serie de abusos en nombre de la democracia que poco tienen que ver con el respeto al otro ni con el diálogo.

Algunas actitudes envueltas de la bandera de la libertad no hacen más que coartar y coaccionar la libertad de muchos.

¿Me pueden explicar qué tiene de valiente, reivindicativo y de justificado un acto de concentración adornado con insultos y amenazas con el objetivo de increpar a un ciudadano que a sido elegido democráticamente? ¿Me pueden explicar qué tiene de útil montar la de San Quintín frente a la vivienda particular de un diputado en la que únicamente se encuentran sus familiares, con frecuencia mayores y niños?

Anteponer el criterio de un colectivo por la fuerza y de forma más que dudosa frente a la actuación democrática y la práctica dentro del sistema es peligroso, muy peligroso.

Quisiera saber por qué parte de la sociedad es tan flexible para admitir actitudes autoritarias cuando vienen de la izquierda y censurar actuaciones democráticas cuando las ejerce la derecha.

Es un contrasentido sobre el cual falta, a todas luces, la aplicación del sentido común.

El tan recurrente escrache en estos últimos tiempos, no se practicaba cuando durante el mandato socialista se agilizaron los desahucios,  cuando se pusieron en marcha juzgados para esta finalidad, cuando el Gobierno del país no quiso debatir ni escuchar otras alternativas a la ley en vigencia...

Una actitud que deslegitima de todas, todas, a aquellos que sólo se quejan cuando políticamente les conviene y se erigen en salvadores de la patria fuera del cauce democrático.

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