La portavoz del PP participa en una jornada de Nuevas Generaciones del PP de Castellón.

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José Luis Rodríguez Zapatero tiene, desde hace muchos años, una relación de intimidad antidemocrática con la dictadura de Maduro. Me da vergüenza como española que un expresidente del Gobierno de España trabaje activamente para una dictadura como la de Maduro, que ha sido condenada y sancionada por las instituciones europeas y por Naciones Unidas.

Un informe de Naciones Unidas, firmado por la señora Bachelet, histórica socialista, denuncia los escuadrones de la muerte en Venezuela, los asesinatos, la miseria y la ruina. Que un expresidente del Gobierno español tenga esta relación de intimidad democrática con un dictador y con sus huestes, con la señora Delcy Rodríguez, es incomprensible, inaceptable y una vergüenza para todos los españoles.

SÁNCHEZ CON TORRA: DELITO Y DELINCUENTES

Sánchez necesita al delito y a los delincuentes para gobernar, y los delincuentes y el delito necesitan a Sánchez para su impunidad.

La reunión entre Sánchez y Torra se presentó en forma de armisticio, como si hubiera dos países en guerra. Falso. Lo que ha habido es una agresión de una mitad de Cataluña, del nacionalismo, a la otra, a los demócratas. La agresión ha quedado impune políticamente y quieren que Junqueras quede impune jurídicamente con una reforma del Código Penal ad hominem.

No hay democracia fuera de la Ley. Sánchez relativiza el concepto de la Ley. Coloca el Estado de derecho a los pies de quienes quieren volver a pisotearlo y atropellarlo, en un acto de irresponsabilidad política máxima.

La reunión de Sánchez y Torra, además de una indignidad y una humillación para los españoles, fue una postración del presidente del Gobierno para seguir en el poder. Esta operación suya se resume en tres frases que repitió tras el encuentro: ‘la Ley no basta’; ‘no he venido a hablar de las instituciones’, y ‘hay que evitar el empate perpetuo’.

En el País Vasco también se decía que había que evitar el empate infinito. Como solamente podíamos empatar ante ETA, los demócratas teníamos que ceder y claudicar. Es una forma de perverso desistimiento. Al nacionalismo sí se le puede derrotar, se le debe convertir en una fuerza residual.

El desistimiento ante el nacionalismo es una claudicación táctica de la izquierda. En España ya no hay una izquierda española que defienda sus valores tradicionales de igualdad y fraternidad. Ha sustituido la defensa de la igualdad por la defensa y promoción de la identidad: esto es la deriva reaccionaria de la izquierda.

Los constitucionalistas frecuentemente se han sentido abandonados y desamparados por los Gobiernos de España. Con Sánchez, tienen al Gobierno de España en contra. Es una novedad dramática. Los constitucionalistas son los grandísimos paganos de esta sórdida operación de cesión al nacionalismo. Nuestro deber es protegerles, ampararles y defenderles.

Urkullu y Puig son falsos moderados, cómplices de los rupturistas y los radicales, que utilizan instrumentos que utilizó Pujol. Hay que evitar que en la Comunidad Valenciana pase lo que ocurrió en Cataluña con Pujol.

TRILERISMO FISCAL Y DESLEALTAD INSTITUCIONAL

Ayer la ministra Montero secundó la felonía de Sánchez consintiendo que el consejero de Hacienda de Cataluña ni siquiera asistiese al Consejo de Política Fiscal y Financiera y enterrando el multilateralismo: fue una mezcla de trilerismo fiscal y deslealtad institucional.

Montero fue cómplice de la ruptura del multilateralismo que debería de ser razón de funcionamiento del modelo. Y se negó a pagar los 2.500 millones de IVA que adeudan a las CCAA. Ese IVA que ya han pagado los valencianos con su esfuerzo y sacrificio, y que sirve para atender la Sanidad y la Educación.

POLÍTICA DE RESPONSABILIDAD

La modernidad y la rebeldía no es romper escaparates o impedir que otros hablen. Lo moderno, rebelde y progresista hoy es defender la Constitución.
Tenemos que devolver a la política su prestigio y su dignidad. Solo en un país en el que la verdad vale muy poco, el ministro Ábalos puede seguir en el Gobierno. Hay que reivindicar la verdad en la política. La verdad es nuestra gran aliada. No es ni radical ni moderada, ni dura ni blanda: simplemente es.

Frente al empeño de unos y otros de reeditar las dos Españas, de unos contra otros, tenemos que reivindicar la España de todos. Tenemos que ensanchar el espacio de la tercera España, la España constitucional, que nosotros representamos.