Una comisión de sicofantes

Autor: Vicent Sales Mateu, Vicepresidente de la Diputación de Castellón

La semana pasada se dieron a conocer las conclusiones del gabinete jurídico del Ayuntamiento de Castellón sobre la Comisión de Fiestas, en las que se acredita que no ha habido ningún indicio de delito en su gestión en el periodo 2008-2016. Supongo que lo único que le queda por hacer ahora a la alcaldesa, Amparo Marco, es pedir perdón, especialmente al món de la festa.

En la antigua Grecia los sicofantes eran unos delatores profesionales, chivatos a sueldo que levantaban falsos testimonios sobre determinados ciudadanos, preferentemente políticos, a los que a causa de estas acusaciones, se condenaba a beber cicuta, como el pobre Sócrates, o eran enviados al destierro.

A medida que la gente le cogía el gusto a envenenar al vecino o enviarlo a cantacucos, dirás que los políticos se iban desanimando y o bien se volvían sicofantes ellos mismos o se hacían filósofos. Lo cierto es que la democracia ateniense se fue deteriorando y se tornó en demagogia.

No había en Atenas partidos de sicofantes como ahora. Son muy fáciles de reconocer: sus líderes van de buenistas; santurrones muy preocupados por las aflicciones de la humanidad; tienen una obsesión por moralizar la política ajena --la suya es otra cosa, ya que no se les conoce moral propia--; se encuentran a gusto montando comisiones de investigación, auditorías monumentales y autos de fe.

En Castellón la alcaldesa montó una comisión de investigación sobre la gestión de las Fiestas y le encomendó la presidencia al portavoz podemita, Xavi del Señor. Supongo que era el sicofante que la alcaldesa tenía más a mano para hacerle el trabajo sucio. ¡Y tan sucio!

Ahora los servicios jurídicos del Ayuntamiento y un informe externo de un jurista contratado ad hoc han concluido que no hay indicios de delito. Lío resuelto.

Pero lo que tardará en resolverse es el descontento, la rabia y la indignación de los colectivos festeros. Su criminalización, la extensión de una sombra de sospecha sobre su trabajo absolutamente desinteresado ha provocado una irritación monumental, que tardará en calmarse.

Es absolutamente deplorable que la alcaldesa, Amparo Marco, haya permitido durante estos tres años el ataque completamente gratuito a los colectivos festeros de Castellón, apoyando a Xavi del Señor en una comisión que se ha acabado convirtiendo en un proceso inquisitorial, digno de los sicofantes de la antigua Grecia.

PSOE y Compromís son los verdaderos responsables de que los sicofantes podemitas encabezados por Xavi del Señor se hayan comportado como el senador McCarthy en la Caza de Brujas o como el mezquino comisario político de un Gulag de Siberia. Mientras tanto el descontento del món de la festa es evidente y la nefasta gestión del equipo de gobierno en fiestas ha alcanzado dimensiones siderales con tres concejales en tres años. Peor imposible.

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