Promesas que son solo naipes

Autor: Mario García Bascones, concejal y presidente del PP de Nules

Hace algunos meses, el señor alcalde de Nules argumentó con total convencimiento que modificaba la ordenanza de vados para obligar a pagar a todo hijo de vecino, independientemente de dónde estuviera la cochera y de si en su interior ibas a guardar una motocicleta o una furgoneta de reparto, que lo hacía porque se estaba produciendo un agravio comparativo. En pocas palabras dijo que todos sin excepción debíamos pasar por caja, voluntariamente o a través de sanciones. Valga una aclaración: todos menos quienes tengan algún tipo de relación con él o con quien le acompaña en su desgobierno de los paripés en público y las puñaladas por la espalda en la prensa. Esos, si no ponen vado y no pagan, no pasa nada.

Pues bien. Se ve que esa excusa democratizadora que se sacó de la manga para recaudar más, no siempre vale. Es lo que tiene la demagogia, que no se le puede pedir coherencia. Porque ahora va y se inventan una propuesta de lo más ingeniosa. Mientras a algunos vecinos se les facilitan aparcamientos gratuitos, a otros, los que viven en la zona del mercado, se les invita a que se gasten el dinerillo cada miércoles. Dicen que así no tendrán problema para dejar sus vehículos... ¿Un día a la semana, por obligación, y queréis hacerles pagar? Su discurso, a medida que ha ido avanzando la legislatura, ha adquirido la misma solvencia que un castillo de naipes.

Pagar. Pero que paguen los de siempre, porque hay mucho gasto que asumir, con eso de que Hacienda está examinando las cuentas municipales con lupa, de manera que seguimos bajo la advertencia de su intervención.

Así se las gastan los amigos que ya han mostrado en público sus cartas, en un espectáculo bastante lamentable donde cada cual está haciéndose su sitio por eso de que hay que hacerle creer al ciudadano/votante que son fieles a sus principios. ¿Ahora? Después de la gran mentira pretenden convencernos de que no van a contar ninguna más.

Dicen que aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Ni partidos nuevos, ni dignidad milagrosamente recuperada. Pueden disfrazar su falsedad de lo que quieran, pero son lo que son: lo peor que le ha pasado a Nules.

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