Los primeros no son los mejores

Autor: Mario García Bascones, concejal y presidente del PP de Nules

En su obsesión por ganar visibilidad, sea como sea, el alcalde de Nules, con el beneplácito de quienes decidieron darle lo que no quiso confiarle la ciudadanía, ha vuelto a ofrecernos estos días varios titulares de lo más llamativos y sintomáticos de cómo ejerce su cargo.

Presume de haber sido el primero de la provincia en aprobar los presupuestos municipales, como si fuera algo intrínsecamente bueno, cuando en realidad es todo lo contrario. Porque de los presupuestos no importan los titulares, sino el detalle, lo que esconden las cifras. Y, por desgracia, las de Nules esconden mucho y eso es desalentador.

Como el aumento en 400.000 euros del gasto en personal a pesar de tener en contra los informes de los funcionarios de más alto rango del Ayuntamiento. Podrá inventarse cuantas excusas quiera, que siempre tiene muchas, pero lo único cierto, de principio a fin, es que su populismo, su ansia por hacer amigos que se conviertan en votos, vuelve a exprimir las ubres de una vaca que está dejando seca.

Y mientras tanto, los autónomos --no me cansaré de repetirlo hasta que no quede ninguno con deuda pendiente-- no tienen ni la más remota idea de cuándo cobrarán por los servicios prestados, porque depende de la voluntad de quien firma las órdenes de pago. Es decir, el mismo que prefiere pagar antes a los bancos por otro titular que a los ciudadanos no les sirve para nada.

Otro de sus titulares es que, como consecuencia de la angustia que les genera saber que mintieron y engañaron a sus votantes hace cuatro años, empiezan a maniobrar para, con una careta nueva, revalidar la estafa. Que digo yo, que lo más honesto sería presentarse todos con el mismo cartel electoral. Les propongo un eslogan. «Los que odiamos al PP». Así no habrá ni trampa ni cartón. Total, durante estos cuatro años no han cumplido sus respectivos programas, han dado la espalda a sus compromisos políticos solo por mantenerse en el poder a pesar de defender principios ideológicos opuestos. Y así, tan amigos de cara a la galería, aprueban un presupuesto que, como en la peor de los juegos, nos lleva a la casilla de salida sin haber ganado nada.

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