Gota a gota

Autor: Susana Marqués Escoín, alcaldesa de Benicàssim

Cuando los ciudadanos de Benicàssim me eligieron como su alcaldesa en el 2011, recibí varias herencias envenenadas del gobierno de izquierdas tripartito. Una deuda de 17 millones de euros en préstamos, 1,5 millones de euros de facturas impagadas, una sociedad turbia, como era la DTB, la obra de rehabilitación de Villa Elisa parada y con una deuda de 1,8 millones de euros, un tanatorio construido pero cerrado porque se edificó sin los permisos necesarios para ponerlo en marcha y sin la obra de urbanización de sus accesos, un sector turístico hundido y un convenio firmado para comprar agua desalada de la desalinizadora de Oropesa que lastraba al ayuntamiento con una deuda de 73 millones de euros y que iba a triplicar el coste del agua al ciudadano al 300%.

Ese era el desastroso panorama que el Partido Popular heredó de socialistas, nacionalistas y los antiguos comunistas que ahora son Podemos. Ante esto, nuestro compromiso con los ciudadanos fue trabajar incansablemente. La tarea no ha sido fácil, pero con tesón y voluntad, la gestión se realiza y los proyectos salen. Este año, la buena salud económica permitirá que reduzcamos a cero la deuda con los bancos, que los proveedores ahora cobren en un tiempo record, que la auditoría de la DTB sea historia y el turismo en Benicàssim vaya como un cañón, sumando inversiones y empresas nuevas cada año. Que Villa Elisa sea una realidad gracias al apoyo de la Diputación y que hayamos conseguido que hasta la Generlaitat pague su deuda. Además, por fin hemos conseguido todos los informes legales que permitirán que este año se abra el tanatorio.

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