Feliu: "Dio falsas esperanzas sobre la reducción de las cargas fiscales y aprobó después una ordenanza insuficiente con la que muchos vecinos han comprobado ya que este año sube el IBI, el impuesto sobre vehículos y la basura"

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El concejal popular, Carlos Feliu, denuncia que la alcaldesa, Amparo Marco, mintió en campaña electoral al prometer falsas esperanzas sobre la reducción de las cargas fiscales a los castellonenses.

La reunión anunciada en enero por Amparo Marco para solicitar la revisión catastral se produjo el pasado día 9 de mayo, tras más de cuatro meses de inacción. El concejal de Hacienda, Antonio Lorenzo, ya anunció en noviembre de 2015 que “no estará disponible al menos hasta 2019”.

Feliu: "El bipartito se ha dado de bruces con la cruda realidad y la revisión catastral  sólo se podía solicitar en 2017, tal y como defendían los técnicos municipales, ya que aún no habían pasado cinco años desde la anterior revisión".

Y añade: "Durante todo este tiempo y, muy especialmente durante la campaña electoral del año 2015, la señora Marco mintió a la ciudadanía acusando al gobierno popular de no querer solicitar una nueva ponencia catastral con motivo de la anulación del PGOU, engañó a los vecinos y vecinas de Castellón.

Hasta que en 2019 se resuelva la revisión catastral, la mejor manera de reducir los impuestos, tal y como pidió el Grupo Municipal Popular, es bajando el coeficiente aplicado para el cálculo del Impuesto sobre el Valor de los Bienes Inmuebles (IBI). "Un impuesto que estamos recibiendo ya en nuestras casas y muchos vecinos están comprobando que este año les ha subido, por lo tanto, tendrán que pagar más que el año pasado, igual que quienes tienen que pagar más por el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Motor o por la tasa de basura", explica Feliu.

Y añade: "Una vez más demuestran que la maquinaria municipal está muy gripada por la descoordinación entre las distintas concejalías y una Alcaldía más pendiente de colocar a sus amigos, que en solucionar los problemas de los vecinos y vecinas de Castellón".

Y mientras suben los impuestos, "su afán por recaudar más les hizo cerrar el año 2016 con 30 millones de euros en el banco sin gastar, casi el 20% de lo recaudado. Un dinero que no ha repercutido ni en Castellón ni en los castellonenses”.

“Es incomprensible que un Ayuntamiento que recauda más y que tiene superávit siga aumentando los impuestos a la ciudadanía, cuando podría bajarlos”.