Carrasco: “La oficina canalizará las sugerencias, quejas y demandas ciudadanas en materia sanitaria y las pondrá en conocimiento de la conselleria”

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El Grupo Municipal Popular propondrá en el  Pleno ordinario de febrero la creación de una oficina  municipal de atención sanitaria a los castellonenses, con el objetivo de recoger las sugerencias, quejas y demandas ciudadanas en materia de sanidad.

La portavoz popular, Begoña Carrasco recuerda que la sanidad es la segunda preocupación de los castellonenses, después del paro -según el último estudio encargado por la Generalitat-, y “la alcaldesa no puede permanecer ajena a los recortes del Consell y a la pérdida de calidad asistencial que están sufriendo los castellonenses”.

“La alcaldesa huyó del Consorcio Hospitalario donde mejor podía defender la calidad de nuestra sanidad, fue incapaz de alzar la voz ante la consellera Montón -de su mismo color político-, que tanto daño están causando con el desmantelamiento del Hospital Provincial, Sin embargo, si votó a favor de los despidos de personal médico y a favor del tasazo en medicina deportiva”. ”.

“Esta oficina municipal de atención sanitaria pretende establecer una estructura por distritos para canalizar todas las peticiones, aprovechando los canales municipales existentes, como las juntas y consejos de distrito, para recoger dichas sugerencias y quejas en cada punto de la ciudad. Posteriormente, se dará traslado a la administración correspondiente, que es la conselleria, de manera que la oficina municipal de atención sanitaria sirva para defender y reivindicar la adecuada prestación de servicios sanitarios en nuestra ciudad”.

“Ante los problemas y la desesperación por los recortes sanitarios que sufren cada día los pacientes, la alcaldesa no puede seguir escondiéndose, lo único que está demostrando es una insensibilidad inaudita con quienes se enfrentan cada día a los recortes sanitarios. Le pedimos que reaccione, que active esta oficina municipal de atención sanitaria para frenar los ataques de la Conselleria”.

A la eliminación de servicios se unen los incrementos de las listas de espera, los retrasos en intervenciones quirúrgicas, la falta de cirujanos pediátricos que obligan a derivar intervenciones urgentes a la Fe de Valencia, la huída de profesionales ante la precariedad laboral, las deficiencias en el equipamiento de los centros de salud o el cierre de la atención primaria por las tardes, que deja sin los servicios mínimos a los ciudadanos.

El cierre de unidades como la ayuda frente al tabaquismo y el centro de transfusiones o los permanentes recortes económicos y de derechos salariales, “no contribuyen precisamente a mejorar el clima actual de la prestación de servicios sanitarios básicos”.