¿Dónde está mi dinero?

Autor: Carlos Feliu, concejal del GMP en el Ayuntamiento de Castellón

Amanecíamos el pasado día 9 de mayo con la noticia de la reunión de la alcaldesa de Castellón con la gerente territorial del catastro para acordar el calendario de revisión catastral sobre la que se aplica el IBI. Una revisión que nuestro bipartito argumenta como la única manera de bajar los impuestos.

Una noticia que nos pareció ya un “déjà vù”, esto es, la percepción de haber vivido antes lo mismo. En efecto, repasando la hemeroteca, nos encontramos con que el pasado 6 de enero, la misma alcaldesa nos informaba de que la misma gerente territorial les había comunicado una reunión para mediados de enero con dicho propósito. Cuatro meses han transcurrido entre las dos noticias, supongo que nuestra alcaldesa está tan ocupada en llevar repetidamente el cántaro a la fuente que al final se olvida de las necesidades de nuestra ciudad.

Pero la misma hemeroteca permite ver aún la campaña electoral de las municipales del 2015, justo ahora hace dos años, en la que la candidata socialista criticaba al gobierno popular por que según ella la anulación del Plan General de Ordenación Urbana de Castellón hacía posible solicitar en ese mismo año 2015 la tan cacareada revisión catastral.

Tras esas elecciones, a pesar de sacar la menor cantidad de votos obtenida en la historia por su partido, fue aupada al cargo de alcaldesa por sus socios Compromís y Castelló en Moviment. Pero una vez en el poder, su memoria flaqueó tanto que en noviembre de 2015 su portavoz admitía en el pleno del mes de noviembre que la revisión catastral “no estará disponible al menos hasta 2019”. Queda pues mucho tiempo para seguir llevando el cántaro a la fuente, tanto tiempo que seguro que acabará rompiéndose tarde o temprano.

¿Qué podemos hacer mientras tanto? Pues lo que el Grupo Municipal Popular pidió introducir en las ordenanzas fiscales para los años 2016 y 2017, esto es, reducir los coeficientes que se aplican para el cálculo del IBI, pues hay margen suficiente para ello.

Nos acusan de querer arruinar al Ayuntamiento con una mayor reducción, pero esa mentira tiene los pies muy cortos. Tras la pésima gestión de sus presupuestos, ya que no pueden gastar todo lo que prometen, comienza a sobrarles mucho dinero. Al dinero que no gastan por ineficiencia e ineptitud, se les suma el dinero que recaudan de más, porque la actividad económica y el crecimiento del empleo va a más cada año.

En abril de 2016 anunciaron un remanente de 22,6 millones de euros, que además de amortizar deuda les permitió disponer de 8,7 millones de euros para inversiones financieramente sostenibles. Este año, el remanente puede salirles por las orejas, tanto que en vez de anunciarlo a bombo y platillo lo están escondiendo. A estas alturas del año ya debería ser público, se rumorea que se pueden duplicar las cifras del año anterior.

¿Buena gestión? Ciertamente, no. El Ayuntamiento debe recaudar sólo lo necesario para cubrir los costes estrictamente necesarios para satisfacer las necesidades de los vecinos y vecinas de Castellón. En 2015 acabaron el año con 19 millones en los bancos, por tanto el 12% del presupuesto no se había gastado. Pues ahora, a finales de 2016, el Ayuntamiento acumula en los bancos nada más y nada menos que 30.2 millones de euros. Efectivamente, de cada 10 euros recaudados, 2 están en el Banco.

Decimos sí a la revisión catastral, pero sobre todo decimos sí a una gestión eficiente que permita recaudar lo necesario para garantizar los servicios de los vecinos y vecinas. Y no olviden, señores del bipartito, que para tener ustedes el dinero en el banco, mejor que lo tengan los vecinos y vecinas en sus bolsillos. Ellos sí que les sabrán dar el mejor uso.

 

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