Alcalde por sorpresa

Autor: Elena Vicente-Ruiz Climent, Coordinadora de Acción Política y comunicación del PPCS

¿Que le pasa a la izquierda de este país cuando se hacen propuestas encaminadas a mejorar nuestro sistema democrático? Pues que el nerviosismo y su propia mediocridad política afloran de una manera preocupante. Y es que no hay nada más decepcionante que se pongan trabas en el camino, cuando uno casi toca el poder con las manos, un poder que hipnotiza y que están dispuestos a conquistar pisoteando si hace falta los derechos de los ciudadanos.

El Partido Popular tiene previsto presentar este mes de septiembre las líneas de la reforma electoral, entre otras cosas, para que sea alcalde el candidato de la lista más votada por los ciudadanos en las elecciones municipales.

La intención del PP es que la ciudadanía, libremente, elija quien quiera que sea su alcalde o alcaldesa durante los próximos cuatro años, lejos de las negociaciones en los despachos en las que más que velar por el interés general de la ciudad, se mira por los intereses particulares y partidistas de las personas y partidos que se reparten la alcaldía y las concejalías como si de un pastel se tratase. No es justo, así se dan las situaciones más inverosímiles que uno pueda imaginar.

Este sistema injusto que tanto conviene a la izquierda es el que ha permitido que en Moncofar haya un alcalde socialista habiendo obtenido el 10% de los votos, mientras el Partido Popular se queda en la oposición con un 47% o que el alcalde de Vila-real, también socialista, lo sea a costa de que en la oposición esté el Partido Popular con un 47% de los votos.

Esto me recuerda a un programa de televisión, del que me hablaba mi madre cuando era pequeña que se llamaba Reina por un dia, la diferencia es que esto no es para un día, un alcalde, lo es para cuatro años, un tiempo nada desdeñable para un municipio. Yo creo que más que Reina por un día, el Sr. Benlloch fue alcalde por sorpresa, una sorpresa para si mismo y para todos los ciudadanos de Vila-real, que tienen que soportar como su alcalde, con el fin de perpetuarse en el gobierno, ceda a los caprichos de sus socios políticos, sacrificando el bienestar de los ciudadanos.

Con la propuesta del Partido Popular de que sea alcalde el candidato de la lista más votada, se garantiza no solo que la voluntad ciudadana mayoritaria se vea reflejada en el gobierno municipal, sino acabar con los acuerdos a los que lleguen los partidos, unos pactos que nada tienen que ver con el interés general de los ciudadanos y que si suponen un reparto de carteras y de poder con el único objetivo de ver cuál de las dos o tres –o a saber cuantas fuerzas- lleva el timón del gobierno.

Ya se que la regeneración democrática no interesa a la izquierda, a la izquierda sólo le interesa una cosa, que el partido Popular no gobierne, buen proyecto, si señor.

 

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